En el primero de los post de esta serie afirmaba que las conclusiones del análisis sobre las Políticas Activas de Empleo que propone el informe de la AIReF son demoledoras.
El informe accesible en https://www.airef.es/es/politicas-activas/, al referirse a la falta de criterio en los recursos con los que se gestionan las Políticas Activas de Empleo pone como ejemplo un ejemplo tremendamente significativo: Se trata del caso de una compañía del sector alimentario interesada en crear, en un entorno geográfico determinado, una planta para el procesado de legumbres. El Servicio Autonómico de Empleo afectado, conocedor de este proyecto, decidió poner en marcha un plan formativo para los desempleados del territorio. Y para ello echó mano del listado de cursos disponibles en el catálogo correspondiente, escogiendo uno relacionado con las cámaras frigoríficas. Las preguntas que el propio informe se formula son las siguientes: ¿Hubo corrupción en este proceso?, evidentemente no. ¿Se desarrolló el programa siguiendo todos los requerimientos de convocatoria, publicidad, control etc.? Por supuesto.
Y sin embargo la cuestión es ¿Tiene sentido desde el punto de vista de eficiencia hacer este tipo de formación para dar respuesta a las necesidades de la organización? ¿No hubiese sido mucho mejor consultar con ella y buscar una fórmula más eficiente de gestionar y gastar los recursos disponibles?. Aunque siempre puede argumentarse que una actividad formativa termina teniendo algún sentido es razonable plantearnos que hubiésemos podido destinar los fondos que dedicados a este proyecto a desarrollar cualquier otra actividad más relacionada con las necesidades del proyecto empresarial al que formalmente estaba dedicado.
Respecto al análisis de las ‘buenas practicas’ en el ámbito de las Políticas Activas de Empleo, el informe hace un análisis detallado y de mucho interés, (a tales efectos recomiendo la lectura de los esquemas que figuran en las páginas 28 a 32). Aunque a continuación formule propuestas o recomendaciones que, en mi opinión, son exclusivamente conceptuales, teóricas o de difícil e imposible puesta en marcha en nuestro entorno. Y poco dice sobre la necesidad de articular el ‘cambio de chip’ que necesitamos para que el conjunto del sistema sea más eficiente, rompiendo dinámicas y modos de hacer que son claramente contradictorias con los objetivos estratégicos del Sistema y que incluso pueden ir dirigidos (a pesar de la buena voluntad de sus actores) en dirección contraria a su consecución. A modo de ejemplo discrepo totalmente de la propuesta formulada en el sentido de integrar todos los servicios en el concepto de ventanilla única que por otra parte no se aplica en ninguno de los países de nuestro entorno.
Finalmente se dedican algunas páginas al análisis de la implicación de los interlocutores sociales en las Políticas Activas de Empleo y a formular también algunas recomendaciones generales dirigidas entre otras a: conseguir una mayor “implicación de los agentes sociales en el proceso de planificación de las políticas activas de empleo” pasando por la “búsqueda de mecanismos de colaboración público-privada” o la “reducción de la ratio de demandantes de empleo por orientador” para posteriormente plantear necesidades concretas en las que puede haber un amplio consenso social pero que, desde mi punto de vista, son muy generalistas e inconcretas y por tanto se mantienen dentro del ámbito que me atrevo a denominar como ‘declaraciones políticas’.
Una falta de concreción que si la unimos a la existencia de propuestas o ideas sobre cómo ‘hacer el cambio de paradigma’ me lleva a calificar al informe de “discutible” o integrado por un conjunto de luces y sombras, tal como aparece en el título de estas reflexiones.
Recomiendo al lector que en este sentido revise las propuestas concretas que formulaba hace algunos meses en http://pauhortal.net/blog/cambio-y-transformacion-en-los-procesos-de-insercion-yiii/
Respecto al marco general de las ideas y propuestas formuladas en el Informe me permito formular algunos comentarios:
- En relación al ámbito de coordinación de las políticas y la gestión de los sistemas de información se formula un análisis de las deficiencias y necesidades que considero plenamente acertado. Como ejemplo la recomendación que formula relativa a simplificar el sistema de indicadores y reforzar los vinculados a la inserción, o la propuesta de que se impulse una herramienta de diagnóstico (en el perfilado y los itinerarios personalizados). Pero la propuesta queda en un marco conceptual y no toma en consideración que muchas de las acciones se desarrollan primando los intereses ‘políticos’ y no ‘técnicos’.
- Al respecto de la prevalencia de los principios de igualdad, seguridad y control sobre los de eficiencia y agilidad nada se cita en el Informe. Hoy el nivel de respuesta a las demandas que le formulan las empresas y organizaciones es claramente ineficiente ya que en la ‘cultura laboral’ del Sistema se da mayor relevancia a los intereses y necesidades de los usuarios (desempleados) que a los de las empresas y organizaciones. A modo de ejemplo los procedimientos del sistema público en lo que técnicamente se denomina gestión de la oferta de empleo que impide ‘legalmente’ la gestión en tiempo real de las necesidades empresariales y el acceso directo a los candidatos.
- En el ámbito propio de la gestión de los diferentes procesos de la gestión se destaca en el Informe que los Servicios Públicos de Empleo parece que están destinados más al control de los desempleados y al pago de las prestaciones que a las tareas de orientación e inserción. El análisis es correcto, pero luego las propuestas que se formulen son muy cuestionables. En mi opinión (creo que compartida por muchos otros) debería de separarse de forma clara y diáfana las actividades del control y pago de prestaciones de las de orientación e inserción (dado que además ambas actividades exigen, como es fácilmente constatable, estructuras, formas de hacer y perfiles profesionales diversos). Por otra parte, es necesario profundizar en la incorporación de los ámbitos no públicos en la gestión, (el debate que hemos tenido en este país sobre el ánimo de lucro es, digámoslo claramente, absurdo).
- La aplicación de los principios de coordinación, competencia competitiva y de eficiencia en la gestión son abiertamente reclamados en el informe. Una situación que hace que, a diferencia del ámbito sanitario, no dispongamos de una Tarjeta de Empleo que nos identifique a todos ante el conjunto de operadores del sistema y que conlleva, entre otras ineficiencias, que diferentes entes (hasta 3 o más) puedan intervenir en la orientación e inserción de un desempleado (desde los propios Servicios públicos de Empleo Autonómicos, pasando por los Servicios Municipales y todo tipo de Entidades Colaboradoras). Una realidad ‘tristemente’ conocida por todos pero que no figura analizada en el informe. Conviene recordar, como así hace el Informe, que en Alemania los desempleados reciben un cheque que les permite elegir el centro, evidentemente acreditado por el Sistema, donde puede recibir la formación que deseen. Esto es hoy imposible en nuestro entorno.
- En el ámbito del destino y control de los fondos, tras constatar que nuestro ‘gasto” en bonificaciones a la contratación es el doble que en Alemania (el 40% del presupuesto total frente al 20%) no se formula ninguna propuesta concreta de reducción. Respecto a este punto conviene destacar la ineficiencia de este gasto, porqué, recordemos, que las empresas y organizaciones contratan cuando lo necesitan y no por tener acceso a determinadas bonificaciones. Sobre el gasto en actividades formativas y la falta de adecuación de éstas a las necesidades del mercado creo todos somos conscientes que queda un largo camino por recorrer. Por último, el Informe tras destacar acertadamente que el gasto por demandante no es homogéneo en el conjunto de las comunidades autónomas (el País Vasco destina a esta partida más del doble de la media estatal) y confirmar que muchas de las iniciativas se desarrollan sin tener en cuenta a los dos colectivos con más incidencia en las estadísticas (desempleados de larga duración y jóvenes) no se formula ninguna propuesta concreta sobre acciones a desarrollar en este ámbito.
Del contenido del informe, parece deducirse la necesidad de crear un órgano que centralice, organice y estructure toda la información. Una propuesta interesante pero si se desarrolla con una simple reorganización de los recursos disponibles. Todos somos conscientes de la eficiencia en el control y análisis de las prestaciones frente a las ineficiencias en la gestión de las Politicas Activas de Empleo. Tenemos una tendencia a crear siempre nuevos ‘órganos’ para resolver los problemas pero no a utilizar los recursos que ya tenemos disponibles. Creo que ya tenemos suficientes recursos físicos, materiales y tecnológicos para desarrollar este proceso. Falta ‘voluntad política’, que, recordemos una vez más, sólo se pondrá en marcha cuando exista una ‘demanda social’ dirigida a promover los cambios que necesitamos que supondrán (en todo caso) dar un giro a muchos de los intereses que se han ido creando en torno a éstas iniciativas.
Si es sistema se perpetúa es porqué esta demanda no existe o no se muestra con la suficiente fortaleza. Y recordemos que en esta materia tendemos siempre a cambiar las prioridades: Hemos dejar de pensar en adoptar medidas que tienen un impacto fundamentalmente ‘político’ en términos de comunicación e imagen que hoy pasa por implantar nuevas tecnologías, luego diseñar los procesos y finalmente imponerlos a las personas que han de gestionarlos y cambiar el ‘chip’. Pensemos en qué podemos o debemos hacer, ayudemos a las personas a cambiar sus paradigmas mentales, pidámosles que definan nuevos procesos y luego busquemos las tecnologías adecuadas. Otro de los aspectos sobre los que el Informe no hace ninguna indicación, comentario o propuesta.
Si has llegado hasta aquí te agradezco tu interés en mis planteamientos y te recuerdo que si no lo has hecho ya puedes acceder a la lectura del primero de los post de esta serie en http://pauhortal.net/blog/airef-y-las-pae-un-informe-con-luces-y-sombras/ Si no eres un especialista quiero terminar significándote que, aunque todo lo escrito pueda parecerte –ciencia ficción-, no lo es. Esta es la realidad que tan bien conocen todos aquellos que están vinculados directamente o indirectamente a la gestión de las Políticas Activas de Empleo y de la que los “fraudes” que se han podido realizar en la gestión de las mismas no son más que la punta de un iceberg.
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