Las fechas que vivimos son propicias a los análisis, a la definición de objetivos etc. Y he revisado el que titulado «5 medidas de impacto escribí en Junio del 2013.
Un post accesible en http://pauhortal.net/blog/5-medidas-de-impacto/ en el que afirmaba que iba a proponer (a tenor de la que consideraba parálisis y falta de compromiso por parte de nuestros gobernantes) algunas medidas que, a pesar de su relativa sencillez, podían generar nuevas dinámicas sociales en un entorno con una alta posibilidad de vivir una explosión social. Por ello el concepto de «medidas de impacto».
Han transcurrido 6 años y es evidente que nada ha explotado, (todavía) aunque en algunos aspectos incluso hayamos ido para atrás (en otras palabras profundizando en las situaciones a mejorar). Algunos pueden llegar a pensar que lo que hemos vividos son explosiones controladas pero nada impide que vuelvan a hacerlo en cualquier otro momento porque los problemas de raíz siguen sin resolverse. Mientras, la situación política está estancada, y son muchos los que han propuesto (las fechas además son propensas a ello) medidas para salir del atolladero en el que estamos,. Y me refiero al atolladero social… porqué del político será mejor no hablar…. ¿verdad?.
Por por mi parte hoy sólo pretendo proponer las mismas 5 medidas (más una sexta adicional) ya que considero que al margen de que no se ha hecho nada sobre ellas en éstos 6 años siguen teniendo los mismos elementos positivos que señalaba en el post anterior. A saber:
Son de relativa fácil implantación (a excepción de la primera), no suponen costes ni elevados impactos en el empleo y tener el suficiente calibre para provocar los cambios de paradigma cultural que sin ninguna duda necesitamos.
Muchos de nosotros recordamos los males de todo tipo que se auguraban por la prohibición de fumar en los centros de trabajo y los espacios públicos. Y, ¿cuál fue el resultado unos años después? Un ejemplo de una medida coercitiva cuyos resultados han sido extremadamente benificiosos socialmente ya que ha conseguido cambiar el paradigma que todos teníamos respecto al tabaco en nuestro entorno vital.
Lo que os propongo son por tanto las mismas propuestas planteadas en un orden distinto y de una forma más adaptada a la realidad que vivimos o percibimos 6 años después. Aqui van:
Homogeneizar los periodos electorales en el conjunto de la UE:
Deberíamos aprovechar el resultado final del Brexit para «construir más Europa» y esta medida (aunque jurídicamente complicada y aplicable solo a largo plazo) sería un camino ideal para ello. Sólo el debate sobre la misma y el inicio de este camino supondría un efecto brutal sobre la imagen de Europa (fundamentalmente en nuestros jóvenes). Una vez implementada podríamos resolver el problema que supone (para la toma de grandes decisiones comunes) la presencia continuada de procesos electorales en los Estados miembros de la UE que dificultan y dilatan los tiempos para tomarlas. Una medida que exige una voluntad de cambio en el entorno político pero que ayudaría a hacer más viable la idea europea frente a todos los populismos que nos invaden.
Vincular la percepción de la prestación de desempleo a la realización de tareas en el ámbito social.
El debate sobre si la estructura de nuestro sistema de prestaciones por desempleo es incentivadora o no para la búsqueda de empleo, ha perdido vigencia porque todos hemos terminado reconociendo que la prestación de desempleo está consolidada como un “derecho subjetivo” y que muchos perceptores de prestaciones tardan más de 6 meses en iniciar activamente un proceso de búsqueda. Esta sería una medida perfectamente factible y bien aceptada socialmente que seguro supondría efectos sociales y personales muy relevantes, por no decir que estoy convencido que ayudaría a reducir en alguna medida los índices de desempleo.
Reducir en un 15% los costes de todas las administraciones públicas excluyendo las inversiones y las prestaciones sociales.
Otra medida simple, fácil de implementar y que no debería de suponer costes de ejecución. El objetivo del 15% es relativamente corto, pero si ponemos en ello a todo el conjunto de administraciones y empresas públicas es mucho, al margen del impacto cultural que esto significaría. Muchos de nosotros tenemos experiencia de medidas de este tipo implementadas en el ámbito de la empresa privada que inicialmente parecen imposibles de conseguir pero que luego resultan perfectamente ejecutables. Una reducción en los presupuestos públicos que podrían perfectamente dedicarse a la gestión de políticas sociales y a la medida que viene a continuación.
Incentivar la formación profesional a través de un salario social (vinculado al rendimiento escolar) a ofrecer a los estudiantes procedentes de entornos con menores niveles de renta.
Existe un consenso social sobre el hecho de que tenemos un sistema educativo que se ha sobredimensionado en la formación superior y universitaria. Una medida de este tipo supondría reducir el número de estudiantes que acceden hoy a la enseñanza universitaria gracias a incrementar el valor social de la formación profesional. Paralelamente permitiría reducir los costes que supone el mantenimiento de un sistema sobredimensionado y poco competitivo que lo único que genera es titulados universitarios que después no son capaces de encontrar oportunidades laborales adecuadas para sus niveles formativos.
Obligatoriedad de que todas las películas y series se exhiban en televisión en versión original subtitulada.
Es posible que esta medida suponga algún tipo de reestructuración en un sector como el de los actores de doblaje, pero en todo caso sería un mal menor. Nótese que la propuesta es la de que esta medida sólo se vaya a llevar a cabo en los medios televisivos con lo que inclusive de forma indirecta podría llegar a beneficiar al sector del cine. Sobre el impacto mediático de la medida no hace falta comentar nada más ¿verdad? Y sobre la necesidad de mejorar el conocimiento de idiomas de nuestra población poco hay que decir.
Y la última (en este caso la sexta o no sé muy bien sí debería de ser la “cero”) no contemplada en el post anterior sería la siguiente:
Establecer sistemas de limitación total de uso del coche privado en el centro de todas las ciudades de un cierto tamaño.
Aunque el coche no sea el mayor contaminante que exista y sus efectos en la reducción del impacto del cambio climático sea limitada una medida de esta naturalez es necesaria si queremos consolidar en nuestras mentes los cambios de paradigma que necesitamos para responder a un reto que como he mencionado en repetidas ocasiones pone en riesgo nuestro futuro como especie.
Creo ser consciente de las dificultades. ¡No quiero engañarme!. Algunas de estas «medidas de impacto» no son de fácil aplicación. La primera es probablemente implanteable para la situación actual en la UE , ademas todas ellas chocan contra los intereses de determinados colectivos sociales y económicos. Pero, ¿podemos seguir sin intentar corregir nuestras ineficiencias?, ¿podemos seguir mirando para otro lado?.
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