Todos estamos cambiando nuestros hábitos de forma drástica con el avance de las nuevas tecnologías.
En post anteriores, por ejemplo en https://pauhortal.com/directivos-cambio-cultural-y-era-digital/ hago referencia al informe del Círculo de Economía publicado en 2017 disponible en el link https://www.circuloeconomia.com/digitalizacion-y-gestion-de-personas/ y que, a pesar a los 6 años y todo lo que ha ocurrido en este tiempo, no ha perdido validez.
Inspirándome en él y en las aportaciones realizadas por Liri Andersson, profesora de INSEAD os propongo repasar las pautas que han de permitir a los/las directivos/as ser eficaces en la gestión de los procesos de transformación digital.
Tener «ADN» digital.
Es un hecho que un líder hoy no puede ser un «analfabeto» digital. Al contrario debe disponer de la capacidad de utilizar las tecnologías de la información y la comunicación para buscar, evaluar, crear y comunicar información. Además de tener el conocimiento técnico adecuado (lo que no necesariamente significa ser un nativo digital), debe comprender y apreciar el papel que desempeña la tecnología en el entorno profesional. La colaboración, la innovación, el intercambio de conocimientos y otras características de un lugar de trabajo digital, deberían convertirse en una parte intrínseca y natural del líder digital.
Visión del y sobre el futuro.
Una de las cosas que los líderes de éxito tienen en común es que tienen una visión y que son capaces de trasmitirla e inspirar a otros a creer en ella. Esto significa que los líderes en un proceso de transformación digital deben ser buenos narradores y transmitir emociones positivas. No sólo deben de ser capaces de seguir las tendencias tecnológicas, sino que han de ser capaces de imaginar opciones y/o posibilidades que aún no existen. Creen firmemente que pueden hacer que lo imposible sea posible.
No tener miedo a experimentar.
Los líderes de la transformación digital no deben temer asumir riesgos o fracasar; sin ello, la innovación y el progreso no son posibles. Por ello, tienen que crear un entorno donde sus colaboradores puedan fallar y cometer errores sin repercusiones. Han de ser capaces de probar y experimentar nuevos métodos de management y liderazgo, donde las personas sean el nudo central. Deben ser conscientes que las estructuras organizativas jerárquicas tradicionales con una división estricta entre jefe y el empleado suele dificultar la transformación digital. Los equipos en entornos digitales necesitan libertad para tomar decisiones, así como para organizarse a sí mismos y a su trabajo de forma independiente.
Ser facilitadores.
Los líderes digitales actúan como mediadores entre los «inmigrantes digitales» (aquellos que no crecieron con Internet y los nuevos medios) y los «nativos digitales» (aquellos para quienes internet forma parte de sus vidas). Para que una empresa se convierta con éxito en una organización digital, es esencial que nadie se quede atrás. Deben de tener la capacidad de encontrar estrategias para cerrar la brecha digital y asegurarse de que todos en la organización se beneficien de la misma. Y deben aplicar sistemas de «mentoring inverso» entendido como el método que permite a los nativos digitales capacitar a los inmigrantes (recordemos la clasificación anterior) sobre como usar Internet y las nuevas tecnologías de manera más eficiente.
Poner a las personas en el núcleo central de sus funciones directivas.
La tarea de un líder es crear una infraestructura digital e implementar nuevos procesos y herramientas que se alineen con los objetivos y estrategias de negocio de la empresa. Pero deben de entender que ello exige la participación y el compromiso de las personas.
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