El pasado 12 de Julio fui invitado, como representante de la FUNDACION ERGON, a moderar el debate central de la sesión celebrada en Bilbao, en la que se celebraba el 25 aniversario de la puesta en marcha de SISPE el sistema de información que permite compartir los datos y la gestión de las políticas de empleo en nuestro país.
Recordemos que en nuestro modelo separamos la gestión de las políticas pasivas en materia de empleo (dirección del sistema y gestión de las prestaciones de desempleo) que corresponden al Gobierno Central, hoy a través del SEPE, y las de las que técnicamente denominamos políticas activas (dirigidas a la formación, orientación y facilitar oportunidades de inserción de los desempleados) bajo la competencia de las Comunidades Autónomas.
Desde esta perspectiva SISPE en claramente un caso de éxito. En otras palabras si no existiera deberíamos de crear una estructura parecida. Sin embargo no podemos simplemente mirar al pasado. Vamos a un mundo mucho más complejo con muchos cambios. En la ética, en las normas, en los modelos de relación, de actividad, de empleo, de familia. Nos sobran perjuicios y nos falta valentía. Un mundo en el que coexisten tensiones hacia el futuro y otras hacia el pasado.
No sabemos cómo será el futuro, aunque si percibimos que no será igual a lo que hemos vivido hasta este momento. Debemos aprender a romper las dinámicas entre los conceptos del pasado y los retos del futuro.
Las cosas cambian. No podemos seguir manteniendo los conceptos y criterios con el mismo significado. Necesitamos desarrollar nuevos conceptos para afrontar las nuevas realidades. A título de ejemplo: Empleo/Trabajo, Formación/Aprendizaje. Son debates que hoy deberían de formar parte del escenario político y consecuentemente influir en las acciones desarrolladas desde el conjunto del Servicio Público de Empleo. Unos debates que, lamentablemente no forman parte de las prioridades de nuestra clase política.
Desde el punto de vista de la FUNDACION ERGON los retos que debe afrontar SISPE son los siguientes:
- Abrir las puertas: Debemos de ser capaces de hacer compatibles los criterios de autonomía con los de colaboración. Y esto afecta tanto a las relaciones entre los diversos actores del Sistema Público como a las relaciones entre este y el resto de actores/colaboradores.
- Aprovechar bien la disponibilidad de recursos: Tenemos una excelente oportunidad si sabemos aprovechar bien los recursos que tenemos a nuestra disposición (fondos next generation). Ello supone pensar en lo realmente importante y a medio/largo plazo.
- Nuevos clientes: Hemos de tomar consciencia de que Servicios Públicos de Empleo tienen dos «clientes». Los usuarios (desempleados y ciudadanos en general) y las empresas/organizaciones. Y el sistema ha de ser capaz de dar respuesta a las necesidades de ambos.
- Afrontar nuevas realidades: A modo de ejemplo puedo señalar el debate entre formación y aprendizaje. El debate sobre ¿Dónde aprendemos y cómo aprendemos?, hay que llevarlo a la sociedad. Debemos cambiar las dinámicas de los procesos de formación y aprendizaje ya que éstos son los elementos esenciales de la empleabilidad.
- Aprovechar las posibilidades que nos ofrece la tecnología: Implica tomar consciencia de que ésta ahí para ser usado y que nos encontramos en momentos únicos. Necesitamos dar un paso adelante si lo que se queremos es formular los cambios necesarios para utilizar adecuadamente las nuevas tecnologías y dar mejores respuestas a las nuevas demandas de los usuarios del sistema.
- Dar pasos adelante: Supone ampliar la perspectiva. Empezar a colaborar no sólo en la información sino en la gestión. Aprovechar las economías de escala y romper dinámicas perversas entre el «centro» y la «periferia».
Han pasado 25 años. Las capacidades, conocimientos y herramientas no son las mismas ni pueden ni deben ser usadas como en el pasado. Todos somos conscientes de que la tecnología puede ser usada incorrectamente o incluso con objetivos que pueden llegar a ser contradictorios con los del propio Sistema. Sin embargo, ni su posible mal uso puede ser la base para frenar su desarrollo. Debemos aprender a usarla de forma eficiente, y colaborativa, superando los frenos culturales que nos impone el pasado. Debemos dar pasos sin perder de vista que el propósito del Sector Público se fundamenta en el respeto a los criterios de equidad, igualdad y no descriminación. Pero éste respeto no puede ni debe colisionar con el criterio de eficiencia.
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