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Durante las últimos meses he dedicado parte de mi tiempo laboral junto con algunos de mis socios a diseñar el lanzamiento definitivo de leadersXchange. Un proyecto en el que hemos destapado nuestra creatividad y que estará definitivamente en el mercado después del verano.

Estamos convencidos de que el modelo que hemos diseñado será válido y responderá al cansancio que todos estamos ya constatando en el uso de las redes sociales generalistas. Me resulta por ejemplo significativo que mi hijo mayor (32 años) con una trayectoria profesional dilatada en el mundo digital haya decidido recientemente reducir su presencia y su implicación con dos redes sociales como facebook y linkedin. Prometo informaros sobre las fases del lanzamiento de leaders a través de mi blog en las próximas semanas.

Paralelamente seguimos plenamente involucrados en la consolidación de Alius Modus, en el que estamos viviendo las dificultades normales consecuencia de la situación de mercado en la que estamos inmersos. En ambos casos creo que sería posible aplicar los conceptos de Creatividad, Adaptación y Aprendizaje.

En todo este proceso hemos estado revisando para leadersXchange la oferta formativa para profesionales y/o directivos y hemos podido verificar (salvo error u omisión) que no existen en el mercado cosas realmente novedosas en este campo. Probablemente porque no es el mejor momento, probablemente por la falta de creatividad, probablemente porque la gente hoy estamos más preocupados en sobrevivir que en inventar, también porque, lamentablemente, todos sabemos que los recursos para el desarrollo y la formación se han reducido de forma sustantiva en la mayoría de las organizaciones.

Tengo la sensación que los niveles de desarrollo de la creatividad es algo en lo que nos queda mucho terrero por desarrollar. Hablamos mucho de la necesidad de crear nuevas iniciativas empresariales pero no parece que haya los mecanismos que favorezcan realmente a los emprendedores, empezando por los problemas para el acceso a la financiación.

En este “trance” me permito recordar un texto que hace algunos años me causó una gran impresión, escrito por Charles Handy en el libro “El elefante y la pulga”.  Aquí tenéis el texto en cuestión.

“Una vez me pidieron que ayudara al nuevo propietario de una empresa alimentaria de tamaño medio a convertirla en un modelo para el sector, educando a sus jefes. Creo que él tenía en mente un curso de algún tipo. Yo ya estaba harto de este tipo de educación por lo que le dije que, en gran medida, sería una pérdida de tiempo.

Como él insistía, le propuse que seleccionara un pequeño grupo de sus jefes y supervisores más respetados, personas que contaran con el respeto de sus colegas. A continuación yo les enviaría a pasearse por otros mundos, es decir, en su caso, por otras organizaciones. Como mínimo, le aseguré, les ayudaría a hacer que su organización fuera diferente del resto del sector y eso haría que se sintieran orgullosos. Les entregué artículos sobre las mejores empresas británicas y les pedí que eligieran un par cada uno para ir a verlas. Mi tarea consistiría en conseguir que les abrieran las puertas. La única condición fue que ninguna de las empresas tenía que pertenecer a su mismo sector. Los profesionales escogidos por mi cliente fueron, recogieron un montón de nuevas ideas, compararon notas, seleccionaron las que encontraron más interesantes y elaboraron un plan de cambio para su compañía para los dos años siguientes.

Les aseguro que fue mi programa educativo de más éxito para una corporación y yo, personalmente, no les enseñé nada. Evidentemente, fue una fórmula que iba a utilizar en otros programas educativos posteriormente. La llamé -aprendizaje por voyeurismo-. Es un modo muy eficaz de aprendizaje, siempre que no se limite a eso y se haga algo con las ideas recogidas”

Cuando nos estamos estrujando el cerebro en nuevas formas de aprendizaje, en cada vez más sofisticadas ideas para adquirir y transmitir conocimientos (a nosotros mismos y a nuestros equipos), cuando hablamos de que el único «brote verde» que nos queda es el resultado de emprendeduria+emigración, en otros campos como la formación y el desarrollo profesional quizás sea necesario volver a los fundamentos, indagar en las cosas que siempre han funcionado y creer que la tecnología en sólo un nuevo medio pero que las personas seguimos siendo las mismas.

No se trata de probablemente inventar nada nuevo sino solamente utilizar las potencialidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías para facilitar lo que siempre ha funcionado. Finalmente las personas somos las mismas, con las mismas necesidades, similares motivaciones y objetivos aunque a veces pensemos que la tecnología nos ha cambiado radicalmente. Es evidente que no hemos cambiado tanto ni por la tecnología ni por la crisis.

Espero que seamos capaces de aplicar este criterio de respetar los principios que han sido válidos en el pasado al desarrollo del proyecto leaders, tanto en el modelo de negocio (utilizar las redes sociales para favorecer la relación y el crecimiento personal de nuestros socios) como en el catálogo de servicios que les ofrezcamos. Sobreviviremos en la medida que seamos capaces de conseguirlo.