Escribí un tweet este fin de semana en relación a lo ocurrido este fin de semana con los procesos de imagen (yo utilizaba el concepto inagurativo) de nuestra clase política. Está claro que el término que utilizo no es probablemente uno de los aprobados por la Real Academia de la lengua, pero en todo caso creo que se entiende perfectamente.
Que nuestra clase política se haya dedicado a hacerse todas las fotos posibles en las últimas días/semana es claramente la expresión de que siguen gobernando para ellos y no para los ciudadanos. Una cosa es el marketing de la cosa política, totalmente aceptable y otra cosa son las barbaridades, ya sé que es un término fuerte pero es que no se me ocurre ningún otro, que hemos visto y leído en los últimos días.
Cosas que se han inagurado de nuevo cuando ya se había hecho este mismo acto en la anterior campaña electoral. Podría referirme a lo ocurrido en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) (me fijo en él porque como muchos sabeís he vivido durante 25 años allï), pero no ha habido desde mi punto nada parecido ni tan grave como lo ocurrido con el Aeropuerto de Castellón. Lo siento pero se me han puesto los pelos de punta, y verdaderamente tengo más bien pocos.
Más allá del análisis profundo de la vialibilidad y necesidad de una infraestructura como ésta con un coste de 150M de Euros invertidos en su construcción y un presupuesto de gestión de 6M de Euros anuales, que lamentablemente para los castellonenses, no tiene explicación ni razonamiento económico de ningún tipo, lo que me ha resultado francamente inexplicable es la actitud de los políticos que han inagurado esta infraestructura pese a que no tiene aún la autorización para gestionar vuelos y cuando aún se desconoce qué compañías van a operar en él.
Me inclino a pensar de que inclusive nunca vaya a funcionar de un modo normalizado, pero cosas más raras habremos visto.
He leído en la prensa que a la inauguración del Aeropuerto han asistido más de 1500 personas movilizadas con autobuses pagados por la Diputación de Castellón, y que han podido escuchar las declaraciones de uno de los líderes políticos de la provincia haciendo referencia a que el lugar era excelente para el paseo en un día soleado de Marzo. Alguien tendría que pedir sentido común a nuestra clase política, no?.
Y lo digo cuando podría hacer referencia a la instalación del Aeropuerto de Lleida (debo de recordar que nací en esta ciudad hace ya 58 años) y la creación de una línea aérea entre Lleida y Barcelona que como era de preveer no duró más de lo que tenía que durar una “locura”. Probablemente aún se mantuvo demasiado tiempo. Quiero recordar que ambos aeropuertos se han financiado con recursos estrictamente públicos.
Voy a terminar esta entrada haciendo referencia a lo que escribe hoy Enric Juliana en la Vanguardia. Transcribo sus palabras. “En más de media España, la consigna es llegar al 22 de mayo como sea. En Catalunya –con una deuda elevada, con una creciente sensación de injusticia fiscal y con la oposición descuajeringada– el guión es otro. El relato catalán de la crisis es hoy el más áspero de la Península, junto con el de Portugal. Dos ejemplos. Los catalanes se interrogan desde hace semanas sobre la conveniencia de haber construido el aeropuerto de Alguaire en Lleida, mientras en la Comunitat Valenciana celebran con júbilo el aeropuerto sin aviones de Castellón, recién inaugurado. Los portugueses ya saben que tardarán muchos años en ver llegar el AVE a Lisboa, y en el Madrid oficial se sigue fantaseando con la expansión de “la mayor red de alta velocidad del mundo”.
¿Cuándo nuestros políticos van a percibir, transmitir y sobre todo actuar en base a lo que ha hemos percibido el 99% de los ciudadanos?. A saber: No podemos continuar viviendo por encima de nuestras posibilidades. Necesitamos que sea pronto, ¿no?.
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