Aunque el “valor profesional” y la “suerte” también influyen muchos profesionales se dan cuenta, normalmente después de algún error profesional relevante, que se encuentran “en el lugar equivocado” o simplemente constatan que han perdido su empleo fundamentalmente por haber cometido errores básicos en la planificación de su carrera profesional.
Ocurre a menudo que alguien se encuentra con que: La realidad no se adecua a las expectativas, se creía que el nuevo paso favorecía el desarrollo futuro, se interpretaron mal las informaciones recibidas en el proceso de selección, o simplemente se aceptó una propuesta de cambio que no debería de haberse aceptado en ningún caso..
Aunque se me alegará que hablar a “toro pasado” resulta muy fácil es evidente, y mi experiencia profesional así lo confirma, que por falta de previsión y análisis se toman decisiones equivocadas, que eran por otra parte perfectamente previsibles desde una visión imparcial, y que estas decisiones erróneas llevan muchas veces a un callejón “sin salida” o a la necesidad de retroceder en el desarrollo de su carrera.
He aquí algunas reglas que son claves para esta planificación. No obstante, como muchas otras cosas, habrá que adaptarlas a cada situación particular:
-Intenta ser tu mismo el actor fundamental de tu propio desarrollo. Si escojes un mentor, asesor, coach, etc…., escoge bien pero se tú siempre el que tome las decisiones finales.
–Desarrolla permanentemente una buena labor de networking. No olvides que la gran mayoría de las opciones de cambio profesional proceden de esta vía.
–Actualiza permanentemente tu CV y dále si es posible un enfoque más profesional en forma de “dossier profesional”.
–Ten siempre calma y criterio en tus actos y decisiones en este campo.
Y sobre todo manejarse con una “ruta” con un camino determinado, evitando el autoengaño y por tanto evitando engañarnos a nosotros mismos y a nuestros interlocutores creando falsas expectativas sobre nuestras capacidades, intereses y motivaciones profesionales.
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