Tiempo de lectura: 3 minutos

El futuro (2019) llega sin que tengamos la certeza sobre como calificar individual y colectivamente el año que está a punto de finalizar.

Un año que probablemente podríamos calificar como el de las expectativas incumplidas. En el post http://pauhortal.net/blog/2018-un-ano-con-expectativas/ que publicaba hace ahora un año (el título ya lo decía todo) escribía que 2017 “había sido un año (…) capaz de generar muchas expectativas positivas y negativas”.

Y detallaba, un conjunto de acontecimientos, separando los de carácter negativo (como por ejemplo la llegada de Trump a la presidencia de los EEUU y el incremento de las desigualdades sociales) de los que definía como positivos. A saber: La derrota “militar” del Estado Islámico, o la asunción de la certeza de la presencia de un cambio climático irreversible generado por la acción humana. Unas reflexiones en las que también incorporaba elementos más cercanos como la persistencia del conflicto entre Catalunya y España y otros aspectos de carácter personal.

Reflexiones que finalizaba significando que “la conclusión es que seguimos viviendo tiempos de cambio, que nada es como parece y que el ser humano sigue sorprendiéndose a sí mismo (constatando no obstante) que por lo menos en algunos ámbitos hemos conseguido avanzar en la capacidad de resolver la mayoría de los problemas que nosotros mismos nos creamos con formatos más civilizados a los que hemos venido utilizando en la historia de la humanidad, en otras palabras, sin necesidad de matarnos unos a otros.

Balance del 2018

2018 ha sido un año en el que casi todos los grandes problemas que tenemos por delante no sólo se han resuelto sino que incluso se han agravado. Un año en el que la percepción que muchos tenemos es la de que como especie en su conjunto estemos dando más pasos hacia atrás que hacia adelante.

Revisemos: desde la presencia y consolidación de los regímenes populistas en muchos otros entornos a imagen y semejanza de los EEUU, la constatación de que el problema del integrismo religioso está aletargado pero ni mucho menos resuelto y la certeza de que estamos haciendo muy poco para reducir la velocidad del ritmo del cambio climático que afecta a nuestro planeta.  Mientras que, en plano más cercano, y a pesar del cambio de gobierno, no parece que estemos enfocando la solución a los problemas que nos afectan más directamente; desde la falta de debate sobre los procesos de transformación y robotización y su impacto en el empleo presente y futuro, los niveles de desocupación crónicos en distintos segmentos sociales hasta las dificultades para buscar una solución al encaje de Catalunya en el resto del Estado. 

En el plano más personal tampoco ha sido un año tremendamente positivo (me inclino a definirlo como un año de transición). El dato real es el de que no he conseguido consolidar los proyectos que ya tenía iniciados o en perspectiva a primeros de año dado que los más importantes están todavía en fase de concreción. Esperemos que se conviertan en realidad en 2019.

Perspectivas cara al 2019

Estas fechas son un momento adecuado para hacer balance y plantear deseos y objetivos cara al futuro. En el plano global me sentiría satisfecho con el simple hecho de que al finalizar 2019 se hiciera la luz en algunos de los graves problemas que he destacado en estas líneas. Mientras que en el personal más allá de mantener un entorno de estabilidad y de salud (debemos de empezar a preocuparnos de este aspecto porqué como dice el refrán… los años no pasan en balde) profesionalmente espero que el futuro que tenemos por delante me permita consolidar los proyectos en los que estoy inmerso  

Son también días para recordar a los que se han ido o han llegado y para agradecer la paciencia a todos los que me apoyan de alguna manera; familia, amigos, socios, colaboradores y clientes. También un reconocimiento para todos aquellos que me siguen tanto de forma presencial (a través de los eventos y conferencias en los que participo) y sobre todo a los seguidores de mi blog, entre los que tu lector evidentemente te encuentras. Un blog que, recordemos, en los próximos días celebrará su XI aniversario.


Reconoceros que no percibo que estemos todos trabajando en la dirección adecuada para promover los cambios estructurales que necesitamos para enfrentarnos con éxito al futuro tanto desde un punto de vista social, cultural y económico. 


Mi percepción es la de que no parece que la eficiencia, la equidad y la transparencia sean la guía de nuestro modelo social y lamentablemente creo que tenemos el riesgo de no ser capaces de dejar a las próximas generaciones un futuro mejor.

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Mientras tanto para que se cumplan nuestros deseos debemos no perderla y, al mismo tiempo, ponernos a trabajar para hacerla realidad.

¡Qué vuestras expectativas se cumplan en 2019!